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jueves, 2 de enero de 2014

Así pasé fin de año...





Este fin de año fue, lejos, el peor que me ha tocado vivir. Pero no se diferenció mucho del anterior. Este también terminó con la familia brindando y mi madre diciendo: “que este año Gonza consiga trabajo”.

Las fiestas me recuerdan por qué almuerzo y ceno solo. No sé cómo son las demás familias pero, la mía se sienta a la mesa y mira televisión. No hay diálogo. Si a alguien se le ocurre decir algo, tiene que ver con lo que se está viendo.

En la pausa de un programa deportivo mi tío nota mi presencia y dice: “¿así que estás buscando trabajo?”. Sí, respondo. “Tengo un amigo que trabaja con Macri” dice con la soberbia de alguien que está diciendo: “tengo un amigo que es confidente de Julio César”. “Trabaja en la parte de cultura y todas esas pelotudeces... después le pregunto si tiene algo. No te preocupes, ya vas a conseguir”, y termina su monólogo empujándome con su brazote. Gracias, le digo y, antes de que me deje acotar algo más, deja de prestarme atención, porque el programa volvió de la pausa. Así que me levanté y caminé hacia la cocina...

Mi mamá siempre está preparando algo y mi abuela siempre está encima de ella diciéndole lo que debería hacer. A veces, cuando no se critican o discuten, hablan mal de otro. En este caso, hablaban mal de mí. Escuché algo como: “... no lo veo bien a ese chico. Le voy a pedir a San Cayetano y a la virgencita”. Como si un santo me pudiera dar empleo o mejorar de alguna forma. Me acuerdo una vez que me enfermé. Estuve una semana en cama. En cuanto me sentí bien, mi abuela me llevó a San Expedito porque, le prometió que si me curaba, iba a llevarme a su iglesia. Para ella todo se resuelve creyendo, rezando y esperando el milagro. Así que me fui al cuarto, buscando un lugar donde me traten mejor. Pero ni bien entro, tengo detrás unos cuantos niñitos.

Hablando de confianza y desconsideración, mi prima tiene hijos. Siempre que vienen a mi casa los tengo que entretener. Estamos encerrados en mi cuarto (con un ventilador que no tira nada) viendo Monster Inc., en Netflix (antes vimos La princesa y el sapo, y antes dos episodios de Pocoyo). Mientras, todos los demás: mis padres, mis hermanos, mis primas, tíos, etc. comen, toman, miran televisión y hablan de política como si fueran senadores de Roma, sin tener que soportar a sus molestos niños.

Entonces, cuando me descuido, veo que se acerca mi prima, la madre de estos niños y ojea la biblioteca. Y me pongo mal porque agarra, mira, juzga y, cuando encuentra algo que le gusta, lo separa. Más tarde vuelve y finge ver qué estamos haciendo, pero sigue viendo libros y separando. La tercera vez que se acerca,  me pide que le preste los libros. Entonces le digo: pero devolvelos porque nunca me los devolvés. Y ella contesta de mala manera: pero, tuyo tengo unos solo, eh. Y yo por dentro digo: bueno, pero devolvelo si lo tenés. Luego del momento incómodo me pide que le baje uno que está muy alto. Se sale con la suya y todos son felices, todos consiguen lo que quieren menos yo.

Son felices, no tienen problemas. Mi abuela no odia a mi papá y mi papá no odia a mi abuela. Mi prima whatsappea con su nuevo novio y le cuenta como se divierten sus hijos, en la TV está 26TV y los videos más sorprendentes del año (bajados de internet), la comida es comprada y están bajo el aire acondicionado. Voy al baño pero me detengo a observar como mi mamá le lleva una Heineken a mi papá y el le hace un chiste y todos se ríen. Entonces ella le pega una palmadita en el culo y la vida es perfecta.

Ya es la mañana del año nuevo. Mi mamá duerme en su cama. Mi papá duerme en el suelo, al costado. Hace varios meses que conviven así. Me levanto y hago café mientras escucho que mi mamá despierta y despierta a mi papá, y discuten porque él no quiere ir a lo de su estúpida suegra a almorzar.

Mi abuela llama y dice que no quiere que vayamos porque le duele la muela. Entonces mi mamá llama a mi prima y hablan mal de mi abuela. Mi prima dice: a mí no me dijo que se sentía mal, me dijo que no vayamos porque se enojó con el tío (el hermano de mi mamá) porque hoy se va a almorzar con la novia. 

Entonces mi mamá tiene bronca y quiere descargarse. Entra al cuarto de mis hermanos gritando, diciendo que no se puede dormir hasta esa hora. Son las 10:00 de la mañana. Cuando se levantan empiezan a discutir todos juntos, en familia. Yo, mientras, me encierro en el baño a tomar café y comer un pan de hace dos días. Deciden que no vamos a ir a la casa de nadie a pasar el primer día del año. 

Nos quedamos en casa a diferencia del resto del mundo que se junta con su familia y pasan un buen momento, decía mi mamá, mientras preparaba el almuerzo para ella, mis hermanos y para mí. Mi papá hizo para él un sánguche con trocitos de salame y queso que sobraron del 31. Es una escena patética. Yo me fui a almorzar al cuarto, ellos, se sentaron a la mesa y prendieron la televisión. Al fin, un poco de silencio. 

Hoy, 2 de enero de 2014, como cualquier otro día, de vuelta a buscar empleo y trazar el plan para escapar de este lugar. No sé si aguanto otro año de esto.

Así que, así fue.
Que este año no nos sorprenda desempleados.
Saludos, 
Muy Desempleado.

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