Hoy, casting

El viernes por la mañana tenía que ir a imprimir mi CV al locutorio, porque tenía una entrevista a las 14 hrs., en el centro, para un puesto administrativo. Salí de casa, corté camino por la galería y miré la vidriera de la disquería. Se me acercó un tipo y me dijo “¿querés hacer una publicidad para C***-**** de Europa?”. Entonces le digo: no hiciste ninguna mención de plata... “Sí, sí, es remunerado, eh”, me dice. Entonces le digo: bueno, dale, ¿qué tengo que hacer?

Así que el sábado por la tarde, con su tarjeta personal en mano fui a la productora, ahí, por Palermo. Toco el timbre, me anuncio, abren, paso. Cuando llego a la puerta había una fila de clones (hipsters, nerds, hippies...), y yo: otro clon más. Mi estúpida inocencia pensó, desde el pasillo más rosa de las ilusiones, que me iban a convertir en una estrella europea fichada en las podridas calles de esta ciudad; pensé que iba ser condenadamente rico y exitoso. Pero sin dudas, estaba en la fila de un casting.

Ya estaba ahí, y como uno siempre piensa que es mejor que los demás, me quedé. Me anoté y esperé en una sala. Me siento entre una chica y un flaco. Sin querer quedé atrapado, en el medio de una conversación de actores.

El pibe la mira, pasa una mano por sobre mí y le toca la pierna.

-Che, te vi en el de Mr. M******, estuviste genial.
-Gracias, si, jajaja. Fue muy divertido. Lo hicimos en dos días de rodaje en Montevideo y...

El pibe la interrumpe porque se nota que no le importa nada lo que le dice.

-Yo estuve en la del Banco *******.
-Ay, no la vi...
-Sí, seguro que la viste, la pasan todo el tiempo. El otro día fui a ver la de Woody Allen y la pasaron ¡Estuve en la misma pantalla que Woody!
-Jajaja, que loco...

Unos segundos de tranquilidad y...

-¿Cómo te llamás?
-Améllie.
-¿Améllie como la de la película?
-Sí... no, en realidad me llamo Ana pero, todos me dicen Améllie.
-Como un nombre artístico, ponele.
-Claro, un nombre artístico.
-¿Vos?

No quise saber más detalles personales de esta gente, así que me levanté y esperé apoyado en una pared como a diez metros de distancia de esa conversación.

Al rato me llaman. Entro a una sala, al estudio, y me explican de que iba la cosa: es una importante publicidad para C***-**** Europa que se está rodando en distintas partes del mundo. Acá, en Argentina, estamos haciendo unas cuantas escenas, entre ellas, la que harías vos... en el hipotético caso de que quedes seleccionado. La escena es una fiesta con mucha gente "genérica", donde todos son iguales. Pero vos sos el diferente. La idea es que bailes ridículo, pero no ridículo nerd. Ridículo con actitud.

Yo no sé bailar. Y bailar mal o ridículo es tan complicado como bailar bien. Sino, hacé la prueba: intentá bailar ridículo. Tenía doce mil pensamientos negativos en mi cabeza así que, en cuanto me pidieron que baile ridículo, agarré mis cosas y volví a casa.

No soy amigo de los tópicos de tópicos, ni de la pelotudez, ni del gasto de energía motivada por “ideas” antiguas, degradantes o comunes de pequeños, soberbios y enfermizos cerebros con complejo de superioridad que trabajan porque están acomodados en una productora. No me voy a escrachar por quinientos pesos, o lo que sea que pagaran por ser un anónimo extra.

Creo que tuve más suerte en la entrevista por el puesto administrativo del viernes. Después les cuento.

¿Alguna vez estuvieron en un casting? ¿Cómo les fue?
Los invito a suscribirse por mail o, si tienen blog sigámonos y leámonos.
Saludos,
Muy Desempleado.